jueves, 31 de diciembre de 2020

Los vínculos que me mantuvieron en pie durante el 2020

 


El año 2020 fue un año difícil para todos, en distintas medidas. Lo ocurrido este año nos golpeó muy duro, particularmente a los que vivimos en Venezuela. Desde las enormes tragedias que sufrieron y sufren muchos, hasta el encuentro con nuestros demonios internos durante las reclusiones obligatorias. 

Pero más bien quiero hablar de mis estrategias de supervivencia. La palabra clave que reúne todas ellas es “Vínculos”.

Sólo pude seguir adelante a través de una extraordinaria red de solidaridad, afectos y amores que me entrelazaron y tejieron muchas personas. 

Muchas veces esos vínculos fueron difusos. Son parte de las redes de compromiso y solidaridad que se han venido construyendo en el medio de la crisis y para actuar frente a las crisis. 

Otros son vínculos muy cercanos y personales que me sostuvieron como cinturones de seguridad que me cuidaron y protegieron de manera amorosa y firme. 

Eso unido al poderoso vínculo de la pasión por lo que hago, por mi país y por su gente.

En ese último tema seguí descubriendo los poderosos vínculos que los venezolanos tenemos con nuestra cultura tradicional, no importa que tierra pisemos y que aire respiremos. Son nuestras contraseñas de entrada a nuestro ser profundo donde están cimentados nuestros modos de ser e identidad.

Es claro que nuestra identidad venezolana más que en próceres y monumentos está montada sobre comidas tradicionales venezolanas. Son tan fuertes esos vínculos que los venezolanos se los han llevado a todas partes donde han ido. 

En algún momento quise hablar de esas ideas. Pero no como tema serio sino divertido. Retomé algunas ideas del pasado y me puse a dibujar unas arepas simpáticas. Sólo como juego. 

A algunas personas les gustaron. Una amiga me preguntó si no podía dibujar una hallaca. En algún momento incluí una mandoca. Otras me retaron con cachapas, tequeños y hasta panes de jamón. 

Al final resultó que fueron saliendo la mayoría y aquí se las presento.

La liga de la tradición formada por la poderosa superarepa que ya cubre todo el mundo. La hallaca, nuestro Hulk culinario navideño. La empanada capaz de ser rellenada con mil sabores,  sensaciones y sorpresas. La cachapa, redondo plato volador, que conecta lo dulce y lo salado. El rápido tequeño que se come a velocidad de Flash. Y la mandoca nuestro churro regionalista y sabrosón.  

Todas ellas (¿O todos ellos?) además son defensores de nuestros derechos a la cultura, alimentación, salud, ambiente, trabajo y economía de nuestra gente. Y más allá son los y las defensoras de los vínculos que nos unen a pesar de todos los que nos han intentado separar.

Es un regalo para todos ustedes. Espero les guste.

Feliz año.