domingo, 17 de marzo de 2019

Venezuela y la porquería


Vik Muniz, El Nacimiento de Venus II

Intenté poner en palabras cómo me siento al respecto de los últimos acontecimientos ocurridos en Venezuela y me salió un texto en exceso largo y lleno de rabia y resentimiento.

Lo eché al cesto de la basura.

Soy ambientalista y educador ambiental, me creo promotor de paz y soy defensor de derechos humanos. En todas esas facetas he buscado escapar de cualquier acción generadora de odio y violencia.

Pero lo que está pasando en este momento es una porquería. Ustedes saben a lo que me refiero con esa palabra.

No hay perversión que no se haya practicado en estos días de oscuridad:

La destrucción de Maracaibo encubierta bajo el apagón informático; la ausencia del más mínimo plan de contingencia para atender las necesidades de las personas más vulnerables, incluso a niños hospitalizados; la persecución masiva y sistemática de periodistas, médicos, trabajadores y cualquier persona que reclame por las situaciones existentes; el asesinato y persecución de grupos indígenas; la negación a cancelar los sueldos de los trabajadores universitarios; las muy turbias negociaciones con los recursos minerales del país; las irresponsables declaraciones dando por potable el agua que se vierte al río Guaire; la extorsión a los trabajadores y personas más pobres, Las mentiras constantes y flagrantes. Y mucho más porquería de la que se puede contar.

Es también una porquería que aún hayan personas que siguen intentando justificar las acciones de un gobierno hambreador, asesino y saqueador. También que aún existan “intelectuales” que desde su torre de cristal siguen mirando la situación como si se tratara de los resultados del futbol y no de la violación masiva de derechos humanos. Los mismos que tienen más miedo de los actos potenciales de un gobierno distinto, que de los crímenes reales del gobierno actual.

Igualmente son una porquería las campañas de terrorismo comunicacional que usan técnicas de manipulación psicológica de las angustias y penurias de las personas para generar miedo, paranoia, división y desesperanza.

Tenemos que levantarnos sobre la porquería. Necesitamos fortalecer nuestras capacidades y trabajar por la unión, confianza y participación de todos los venezolanos.

Para salir de mi rabia y resentimiento me enfoco en el futuro. El de mi país lo imagino como en el cuadro del artista brasileño Vik Muniz, una Venus naciendo de la basura.

Si, veremos a Venezuela en todo su esplendor levantarse de la porquería.